Nadie quiere renunciar a un dinero ganado con gran esfuerzo. ¿Acaso tenemos que dar el diezmo?
Con todo lo demás subiendo de precio estos días, ¿no estás contento de que el Señor no haya aumentado el diezmo al 15 por ciento?Autor Desconocido
El diezmo es un tema controvertido; algunos inclusive lo consideran un debate.1 Podrías preguntarte por qué existe este debate—incluso entre aquellos que consideran la Biblia como una fuente y guía hacia la verdad de Dios.
Esta cuestión se vuelve más confusa dentro del Cristianismo en particular. Para algunos cristianos, el 10 por ciento para Dios es una obligación no negociable. Para otros fue una regla aplicable sólo para los israelitas; que, aunque recomendable, no es requerida.
Dar el diezmo o no dar el diezmo. Ese es el dilema.
Diezmo en la Biblia
El diezmo se discute en ambos testamentos de la Biblia. No hay duda de que es una directiva bíblica en la Biblia hebrea—a lo que los cristianos se refieren como el Antiguo Testamento (AT). Los israelitas daban el diezmo en parte para proveer para sus sacerdotes, pero, ¿acaso este comando se mantuvo para las iglesias del Nuevo Testamento?
Siempre puede haber respuestas opuestas a esta pregunta debido a los diferentes puntos de vista acerca de cómo leer la Biblia. Pero probablemente te ayudará a pensar en versículos relevantes a la luz de sus contextos históricos y sus implicaciones espirituales o teológicas.
Mientras que las traducciones tradicionales utilizan la palabra “diezmo,” muchas versiones actuales prefieren “la décima parte” (que un diezmo es un 10 por ciento que por lo general es incuestionable).2 Debido a que tres diferentes diezmos pueden observarse en el Antiguo Testamento, este sistema de dar puede haber llegado a 23.3 por ciento o más.3 Sin embargo, esto no se ha demostrado para la satisfacción de la mayoría.
Textos del Antiguo Testamento acerca del Diezmo
Entonces, ¿dónde exactamente menciona la Biblia el diezmo? La palabra aparece poco más de treinta veces en el Antiguo Testamento, pero sólo ocho veces en el Nuevo Testamento.4 Con algunas excepciones, los versículos del AT abordan el diezmo como una regulación religiosa de la nación hebrea. Los diezmos y las ofrendas de animales, posesiones, y producciones fueron sacrificados para el servicio de Dios y para los ministros en el Templo.
Estos textos indican que, cualesquiera que sean los detalles del diezmo, Dios pensó que era inteligente proveer para las necesidades de las instituciones religiosas a través de aportaciones regulares y reguladas.
Los pasajes del Antiguo Testamento más utilizados para enseñar el diezmo como un deber cristiano son: 1) Génesis 14, en el que se describe a Abraham pagando el diezmo al Rey Melquisedec,5 y 2) las observaciones hechas por el profeta Malaquías en el capítulo 3 de su libro.6
El Diezmo de Abraham a Melquisedec
El hecho de que el diezmo de Abraham se llevó a cabo antes de que se diera la Ley de Moisés ha llevado a algunos a la conclusión de que el diezmo no es sólo para los judíos.7 Es decir, la religión judía no existía (como una religión) hasta que su reglamento más tarde fue revelado a y a través de Moisés, como está registrado en Éxodo, Levítico y Deuteronomio. Como tal, algunos creen que la acción de Abraham es un ejemplo para todos los que creen en la Biblia, y no sólo aquellos de la fe judía.
Sin embargo, el diezmo que Abraham pagó era del botín de guerra a Melquisedec, rey de Salem (que en realidad trató de devolver algunos de los regalos), no a Dios. Uno podría concluir, por lo tanto, que este incidente en la vida de Abraham no es directamente aplicable a la cuestión del diezmo como un deber religioso.
El Mensaje de Malaquías
El profeta Malaquías dijo a los hebreos desobedientes que podían arrepentirse y regresar el favor de Dios restaurando la práctica del diezmo y las ofrendas. Dios había prometido que si lo hacían, les haría productivos agricultoramente y les protegería de plagas que pudieran destruir sus cultivos. Malaquías requería diezmos (plural) más ofrendas—lo que indicaba que quizá el 10 por ciento no era suficiente.
Textos del Nuevo Testamento acerca de Dar
El debate del diezmo existe en parte debido a diferencias en creencias acerca de qué tan aplicables son estas advertencias del Antiguo Convenio a la iglesia cristiana.
Al parecer, el diezmo no es estrictamente obligatorio o prohibido por el Nuevo Testamento (NT). El NT, sin embargo, sí tiene algunas otras directivas sobre cómo deben los cristianos hacer uso de sus riquezas y posesiones en relación con la iglesia y la sociedad.
Lo que se dice se conecta más estrechamente a la última nota que hicimos sobre los comentarios de Malaquías: Sean generosos. Den un esfuerzo extra. De hecho, las primeras iglesias voluntariamente vendían sus posesiones para asegurarse que las necesidades de todo el mundo fueran cubiertas.8
La Instrucción de Jesús
Algunas de las exhortaciones del NT sobre aportar pueden incluso parecer un poco extremas para nosotros. Jesús dijo que diéramos a todo aquel que pide, y sin cargo alguno—dar libremente.9 Él instruyó a sus discípulos, “Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.”10 Le dijo a una persona rica que vendiera todo lo que poseía y se lo diera a los pobres con el fin de obtener riquezas celestiales.11
Curiosamente—tal vez reveladoramente—el Nuevo Testamento apenas menciona el diezmo. Dos veces que lo hace se encuentran dentro del mismo recuento. Jesús elogia a los Fariseos (los miembros de una secta judía conocida por su estricta observancia de la ley) en cuanto al diezmo, pero los condena por descuidar asuntos más importantes como la misericordia y la justicia.12
Como judíos que se adherían estrechamente a la palabra de la ley del AT, el diezmo naturalmente sería necesario de los fariseos. Tales textos, por lo tanto, no necesariamente ayudan a los cristianos con la cuestión del diezmo.13
El Libro de Hebreos
Ahora echemos un vistazo al libro de Hebreos. Hebreos menciona a Melquisedec en tres capítulos. El personaje de Melquisedec ha intrigado a teólogos y estudiosos de la Biblia durante siglos. Los detalles exactos sobre quién era siguen siendo inciertos. Sin embargo, en hebreos se nos dice que Melquisedec no era solamente el rey de Salem, sino también un “sacerdote del Dios Altísimo.”14
El autor de Hebreos utiliza Melquisedec para ilustrar el sacerdocio de Jesús, diferente al de los sacerdotes Levitas.15 El nombre de Melquisedec (que significa “mi rey es justo”) y su título señalan a Jesús como rey de paz y justicia.16 Melquisedec es visto como una imagen del futuro hijo de Dios. (El Rey David fue conectado al sacerdocio perpetuo de Melquisedec en el Salmo 110:417 y se aceptó que el mesías es un descendiente de David.18)
Los hebreos se centran en Jesús siendo la fuente del perdón por la desobediencia, la perfección del sacerdocio, y la esperanza de la cercanía con Dios.19 En el capítulo 7, el pago del diezmo se menciona varias veces.20 Hebreos 7:4 dice, “Consideren la grandeza de ese hombre, a quien nada menos que el patriarca Abraham dio la décima parte del botín.” Algunos consideran las comparaciones de Jesús—de elevación—para Melquisedec una base para dar al menos una décima parte. Si Abraham dio a Melquisedec 10 por ciento, ¿cuánto más no merece Jesús—el Hijo de Dios?
Esta opinión se basa en Melquisedec siendo un tipo de Cristo—“tipo” quiere decir un individuo o evento previo que refleja una característica o alguna conducta del Cristo prometido o su Iglesia. Pero otros no están de acuerdo, diciendo que la interacción de Abraham con Melquisedec no se trata del diezmo en términos de apoyo al Ministerio por la comunidad confesante.
El Punto Fundamental Bíblico del Diezmo
Todo lo que se ha dicho anteriormente sugiere que se espera que los cristianos nunca den de mala gana o de manera mecánica. La “décima parte” en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento es una base mínima para aportar, siendo todas las cosas iguales. Dar diezmos y ofrendas con un libre albedrío entra en los comandos y comentarios tanto del AT como del NT.
Aquellos que se resisten a alguna regla rígida para dar el diezmo lo hacen por temor a que los lleve a una actitud de que 90 por ciento de nuestro dinero y posesiones nos pertenecen a nosotros, no a Dios.21 Aunque técnicamente es cierto, teológicamente no lo es.
Tanto Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen a Dios como el dueño verdadero de todo el mundo material; las personas son sus administradores.22 Esto explica por qué el Antiguo Testamento menciona ambos diezmos y ofrendas adicionales y el Nuevo Testamento enfatiza la generosidad sacrificial.23
El diezmo es menor en principio, mientras que se espera más en la práctica. El porcentaje (y actitud) es más importante que la cantidad.24 Esto ha llevado a muchos a la conclusión de que la Biblia nos enseña a dar en proporción a la bendición de Dios.25
No existe subsidio alguno en ninguna parte de la Biblia para que alguien utilice sus posesiones restantes de manera codiciosa, materialista o como despilfarro. Cualquier cantidad dada a la iglesia, debe hacerse con alegría y generosidad.
Da con Alegría
Todos los cristianos están de acuerdo en un punto principal, encontrado en 2 Corintios. Pablo instruye a los cristianos a dar no más de lo que se puede dar alegremente—y nunca fuera de un sentido de obligación. “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.”26
La enseñanza del Nuevo Testamento parece elevar la barra de muchas maneras. No se estableció un porcentaje mínimo específico para cada persona. Más bien, como pueblo perseguido, pobre e impotente, los primeros creyentes fueron llamados para seguir el ejemplo y exhortaciones de Jesús—tal como ahora estamos llamados a hacer.
Estamos para dar libremente, generosamente y con mucho gusto según las necesidades. Una actitud correcta, no una cantidad rígida, es el barómetro para dar a Dios correctamente. Si esta perspectiva está en su lugar, la proporción se encargará de sí misma.