Idea Central: La luz de la verdad atraviesa todo lo que observamos, iluminando nuestro camino e infundiéndonos mayor confianza mientras avanzamos por la vida.

Mensaje para hoy:

Si alguna vez has tenido un examen de matemáticas, sabes lo que significa conocer la respuesta correcta. Si comprendes cómo resolver el problema, puedes discernir la verdad y tener plena confianza en que lo has hecho correctamente. Lo mismo ocurre con cualquier tema que se base en hechos: historia, ciencia, geografía, entre otros.

Incluso las artes y humanidades comunican verdades. La música transmite sentimientos genuinos; el arte refleja verdades observadas del mundo; la literatura explora dinámicas relacionales que reconocemos como verdaderas al observar nuestro entorno.

Toda nuestra percepción de la realidad depende de la existencia de la verdad. Incluso la mentira, como la sombra de una persona, necesita la luz de la verdad para existir. La falsedad, la ausencia de verdad, es insustancial y no resiste el escrutinio. Es negativa, destructiva y paralizante en lugar de fortalecedora. Socava la confianza y siembra semillas de duda inquietante.

La verdad se define como la sinceridad en acción, carácter y expresión, o como la correspondencia con los hechos o la realidad. Aquellos que la buscan pueden encontrarla.

Considera esto:
¿Cuáles son tres verdades de las cuales estás seguro? ¿En qué se fundamentan?
Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.” ¿Cómo reaccionas ante esta afirmación?
Jesús también dijo: "Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." ¿Qué crees que quiso decir con esto?

Toma acción:
Con los criterios mencionados ("sinceridad en acción, carácter y expresión, o correspondencia con los hechos o la realidad") en mente, estudia el carácter, las acciones y las palabras de Jesús. Compara lo que lees acerca de él con lo que encuentras en otras religiones y filosofías. Evalúa qué te deja más confiado y qué te genera dudas inquietantes.

¿QUIERES CONOCER A DIOS PERSONALMENTE?

Dios nos ama y tiene planes increíbles para nuestras vidas, pero ¿cómo llegamos allí?
Los siguientes pasos trazan un camino claro que Dios preparó para que encontremos una relación con Él.