Afirmaciones morales y afirmaciones espirituales: ¿objetivas o relativas?
La verdad prevalece, aunque no exista apoyo público. Se auto sustenta. -Mahatma Ghandi1
Todos los días nos hacemos preguntas acerca del mundo en que vivimos: ¿Apagaste la cafetera antes de salir de casa? ¿Está lloviendo afuera? ¿En verdad me amas?
Estas preguntas buscan la verdad.
Cuando preguntamos si está lloviendo afuera, estamos buscando una respuesta que corresponda a la realidad: el clima actual. Las respuestas nos ayudan a planificar nuestro día. Un error desafortunado puede resultar en un traje arruinado o en un par de zapatos empapados.
Cuando una afirmación representa de manera precisa el mundo en que vivimos, es una afirmación verdadera. La verdad es simplemente decir que lo que es, es y lo que no es, no es.2
Objetivo y Relativo
Toda verdad cae en una de dos categorías. Asumimos que algunas afirmaciones del mundo son objetivas. Las afirmaciones objetivas pretenden representar de manera correcta el mundo, y pueden ser verdaderas o falsas.
Sin embargo, no todas las afirmaciones son acerca de lo que es verdadero del mundo. A diferencia de las afirmaciones objetivas, las afirmaciones relativas pretenden decir lo que es verdadero sólo con relación a una persona o cultura en particular. Las afirmaciones relativas son "verdaderas" solo en el sentido que representen de manera precisa lo que es verdadero para alguna persona o comunidad.
¿Entonces cómo podemos saber la diferencia entre cosas objetivas (verdadero o falso ampliamente) y las cosas relativas (verdadero para una persona o cultura pero no para otro/a)?
Afirmaciones Concretas
El ejemplo más claro de verdad objetiva es la ciencia. Cuando un físico investiga la naturaleza del universo, sus conclusiones son representaciones precisas para todas las personas a través de todas las culturas.
Si descubre que el universo se está expandiendo, su descubrimiento es verdadero a través de las culturas. Dado que todos vivimos en el mismo universo, el universo de todos se está expandiendo. Afirmaciones científicas como estas permanecen sin cambio de una persona a otra.
¿Qué debemos hacer entonces con las afirmaciones controversiales de la ciencia? Por ejemplo, los científicos pueden debatir sobre la respuesta a la pregunta "¿Los cambios climáticos en la tierra son causados por el calentamiento global?".
Bueno, dentro del debate mismo se supone que dos expertos con ideas conflictivas no pueden tener la razón simultáneamente. Si uno responde sí y es exacto en su evaluación, entonces cualquier experto con una respuesta que diga no está errado, y viceversa. La verdad real se mantiene objetiva.
Verdadero para Ti, No para Mí
El tipo más común de verdades relativas son las preferencias. Las preferencias son verdaderas con relación a una persona en particular.
Por ejemplo, la afirmación de que el chocolate es el mejor alimento en el mundo puede ser una representación precisa para el gusto de algunas personas, pero no es una representación precisa para el gusto de todos. La afirmación es verdadera con relación a las personas con esa preferencia. Para una persona en China, la afirmación puede ser cierta, pero para una persona en India, la afirmación puede ser falsa.
Nota como la afirmación -“El chocolate es el mejor alimento del mundo”- puede ser verdadera y falsa a la vez, dependiendo de la persona. A eso es a lo que nos referimos con la frase “Es verdadero para ti, pero no para mí”.
Otro ejemplo de verdad relativa es la etiqueta. En Japón, es de mala educación quedarse con los zapatos puestos cuando se entra al hogar de alguien. En Estados Unidos, ese no es necesariamente el caso. Por tanto, la afirmación “Es de mala educación llevar los zapatos puestos en el hogar de alguien” puede ser verdadera en Japón pero falsa en Estados Unidos.
Afirmaciones Espirituales
Las afirmaciones científicas y las preferencias pueden ser bastante fáciles de discernir, ¿pero qué pasa con las afirmaciones espirituales? Por ejemplo, ¿qué pasa con afirmaciones como "Jesús es el Hijo de Dios" o "Dios existe"?
Los filósofos y los teólogos concuerdan en que estas afirmaciones son objetivas porque declaran algo acerca de una persona real o una existencia real. Permiteme aclararlo.
Imagina que alguien afirma que tú tienes seis pies de altura. Da lo mismo quién hizo esta afirmación, en qué cultura viva o cuándo haya hecho la afirmación. Para ti, puede ser verdadera o falsa. Si en realidad tienes seis pies de altura, es verdadera.
Lo mismo sucede con tu existencia. Tu existencia es verdadera o falsa. Dado que estas leyendo esto, entonces asumiremos que existes.
De la misma manera, la pregunta sobre la existencia de Dios es una cuestión de verdad objetiva. Dado que él no puede existir y no existir al mismo tiempo, una afirmación de que Dios existe es verdadera o falsa para cualquiera a través de todas las culturas y todos los tiempos.
Al igual que tu propia existencia es verdadera, independientemente de quién lo crea o no, si Dios existe, él existe sin importar la opinión de quien sea.
Afirmaciones Morales
Entonces las afirmaciones científicas y espirituales son objetivas, pero ¿qué pasa con las afirmaciones morales?
Imagina un país donde el gobierno busca exterminar una minoría racial. Ahora imagina que todos los ciudadanos que no pertenecen a minorías aceptan matar al grupo minoritario porque piensan que el grupo consume demasiado de los recursos del país.
¿Crees que el pueblo de ese país está haciendo algo malo?
Si la moralidad es relativa, no están haciendo nada malo porque las acciones parecen correctas con relación a su propia cultura, comunidad e intereses: están preservando recursos. Sin embargo, si matar a todo un grupo minoritario está mal -aunque otros en esa cultura lo aprueben- entonces es un caso de verdad objetiva moral.
La Verdad y la Visión Cristiana del Mundo
En la visión cristiana del mundo, las afirmaciones morales se consideran objetivas porque están ancladas en el carácter de Dios.
El amor es moralmente correcto porque Dios es amor. Decir la verdad es moralmente correcto porque Dios es verdad. Torturar animales o personas para diversión está mal porque Dios es amable y justo. Dios, por su condición de ser moralmente perfecto, es el reflejo de la perfección moral.3
Comprender la moralidad de esta manera nos ayuda a dar sentido a nuestras intuiciones más profundas. Cuando un asesino mata niños, nuestro sentido de lo incorrecto es una representación precisa de algo que en realidad está mal.
Cuando alguien te ha mentido, la sensación de haber sido lastimado es una representación exacta de que algo malo ha ocurrido. La mentira no solo estuvo mal con relación a ti, sino también con la persona que dijo la mentira. La naturaleza objetiva de la moralidad se refleja en nuestra creencia de que si alguien nos miente, ha cometido una infracción moral.
Parecería que si nuestras intuiciones morales más profundas nos dicen que algunas cosas son malas para todos (p. ej., matar al débil por diversión), entonces la moralidad misma se asienta más allá de nuestra opinión, interpretación o preferencia. Así como las leyes de la Física son la base para entender el cosmos, la mayoría de las religiones del mundo creen que Dios o dioses son el fundamento para comprender las nociones de moral como la bondad, la justicia y el amor.
Si de verdad Dios es el fundamento de la verdad moral, entonces investigarlo es la mejor manera de comenzar para entender las afirmaciones morales objetivas.