Si Dios es bueno—y sólo puede hacer cosas buenas—pero Satanás es malo, entonces ¿quién creó a Satanás?
Satanás.1 ¿Qué tipo de imágenes evoca ese nombre para ti? ¿Algún tipo de criatura malvada roja con cuernos, cola y una horquilla? ¿Un lindo niño portando una capa roja, sonando el timbre de tu puerta en Halloween?
Bueno, cuando hablo del diablo, me refiero a la persona a quien los cristianos también conocen como el gran mentiroso, el archienemigo de Dios y de su pueblo.
Las Escrituras dicen mucho sobre el carácter y las acciones de Satanás—quién es y qué hace—pero, ¿qué pasa con sus orígenes? ¿Quién creó a Satanás? ¿De dónde viene el diablo?
Una Serpiente Parlanchina
La Biblia inicia con la historia de la creación, en la cual Dios concibe el universo con su palabra. Los dos primeros capítulos son un cuadro notable de la belleza, el orden y la totalidad. No es de extrañarse que Dios evalúe todo lo que hizo a mano—la tierra, las plantas, los animales y los seres humanos—y declare que todo es “muy bueno.”2
Y entonces aparece una serpiente. Pero esta serpiente no es una serpiente ordinaria. Ella habla. De hecho, es muy parlanchina. Antes de que nos diéramos cuenta, esta criatura rastrera ya había entablado conversación con Eva, eventualmente atrayendo tanto a Adán como a Eva—y a toda la raza humana—al pecado y la muerte.3 A medida que la historia se desarrolla, se hace evidente que esta serpiente antigua es una manifestación del mismo Satanás.4
Desde el principio del mundo, Satanás ha estado en él.
El Génesis del Diablo
La Biblia nunca nos dice de manera explícita de dónde se origina Satanás. Se presume que surgió en algún momento después de la creación del mundo perfecto de Dios,5 pero antes de su aparición serpentina en el jardín del Edén.6 A pesar de estas incógnitas, existen sin embargo, algunas cosas que podemos decir con certeza.7
Dios creó a Satanás
La Escritura proclama que “todas las cosas” fueron creadas por Dios y para Dios.8 Por lo tanto, tiene sentido que esta amplia categoría—“todas las cosas”—incluya también al diablo.
Después de todo, si Dios no era responsable de la creación de Satanás, entonces, ¿quién fue? ¿Acaso otro ser poderoso? De ser así, entonces ese ser—al menos en la esfera de la existencia—estaría a cargo. Existiría un reino en el cual, el Dios de la Biblia, no tendría control total.
Dios creó a Satanás bueno
Como la fuente de toda bondad, belleza y verdad, Dios crea sólo lo que es coherente con su naturaleza. Es decir, Dios sólo crea cosas que son buenas, bellas y verdaderas.
Todas las facetas de la creación, ya sea en el cielo o en la tierra, fueron originalmente “muy buenas.”9 El Apóstol Pablo lo dice claramente: “Todo lo que Dios ha creado es bueno.”10 El carácter del Creador es totalmente puro; en él no hay ninguna oscuridad.11
Obviamente, algo salió mal.
Algunos ángeles creados se rebelaron contra Dios
Originalmente Satanás fue creado como un ángel para servir y glorificar a Dios. Sin embargo, la Escritura deja claro que una vez hubo una rebelión de ángeles contra el Rey del cielo.
En dos ocasiones, el Nuevo Testamento habla de un tiempo en el cual los ángeles le dieron la espalda a Dios y cayeron en la maldad:
Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio.12
Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día.13
Satanás tiene autoridad en el Reino de los Demonios.
Como el “príncipe de los demonios,” es probable que Satanás haya puesto en marcha y dirigido esta revuelta celestial.14 Satanás, entonces, fue el primer pecador; de hecho, “ha estado pecando desde el principio.”15
La posición del diablo como capitán de las fuerzas demoníacas es inconfundible. La Escritura se refiere a él como “el maligno,”16 “el príncipe de este mundo,”17 “el dios de este mundo,”18 y “el que gobierna las tinieblas.”19 Somos testigos de él encabezando ataques contra el pueblo de Dios,20 con “poder”21 para “atar”22 y “oprimir.”23
Como lo explica el teólogo Michael Horton, “Los ángeles caídos no son tratados como malvados por creación, sino como seguidores de Satanás en su rebelión. En un momento, el agente angelical más glorioso y poderoso, Satanás, estaba lleno de orgullo y planeó un intento de golpe celestial.”24
La maldad de Satanás surge de sí mismo
Alrededor había nadie para engañar o tentar a Satanás hacia el pecado; su maldad surgió desde su interior. No es de sorprender, entonces, que Jesús le llamaría “el padre de las mentiras” y “un asesino desde el principio”—lenguaje que obedece a un principio de la historia.25
Lucifer en la Biblia
Existe una posible alusión específicamente a la caída de Satanás del cielo en el libro de Isaías en el Antiguo Testamento. Mientras el Profeta describe el juicio de Dios sobre el rey de Babilonia, él se desvía a un lenguaje que parece demasiado grandioso para referirse a cualquier humano:
¡Cómo has caído del cielo,
lucero de la mañana!
Tú, que sometías a las naciones,
has caído por tierra.
Decías en tu corazón:
“Subiré hasta los cielos.
¡Levantaré mi trono
por encima de las estrellas de Dios!
Gobernaré desde el extremo norte,
en el monte de los dioses.
Subiré a la cresta de las más altas nubes,
seré semejante al Altísimo.”
¡Pero has sido arrojado al sepulcro,
a lo más profundo de la fosa!26
La versión de la Biblia del Rey Jacobo traduce “lucero de la mañana” como “Lucifer,” un nombre que significa “portador de luz” y que es utilizado a veces para referirse a Satanás. Aunque es común en la lengua vernácula religiosa, este nombre no aparece en las traducciones más modernas de la Biblia.
En resumen, mientras que no es certero que este pasaje se refiera al orgullo de Satanás y a su caída subsecuente del cielo, definitivamente podría.
Preguntas Persistentes
“Existen dos errores iguales y opuestos en los cuales nuestra raza puede caer [cuando hablamos] acerca de demonios,” dijo una vez el teólogo C. S. Lewis. “Uno es no creer en su existencia. La otra es a creer y sentir un interés excesivo y dañino en ellos.”27
Estamos nadando en el fondo de la piscina del misterio. Quedan muchas preguntas sin respuesta en las cuales las Escrituras se mantienen simplemente en silencio. ¿Cómo podría una criatura moralmente pura rebelarse contra Dios? ¿Por qué los otros ángeles se unieron a la revuelta? ¿Cuándo pasó todo esto?
Aunque los cristianos no saben todas las respuestas, sí conocen al Dios que lo hace. Y sabemos que “El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.”28
Si tú eres un seguidor de Jesús, anímate. El enemigo fue derrotado,29 está siendo derrotado,30 y será derrotado.31 Sí, “ronda como león rugiente, buscando a quién devorar,”32 pero en la muerte de Jesús fue inofensivo, y al regreso de Jesús será destruido.
Entretanto, sus estragos se extienden sólo en la medida en la que la mano de Dios lo permite.