Yo sé que hay un Dios... debido a mi experiencia personal propia de Dios. Mi experiencia de su gracia, de su perdón, mi experiencia de leer la palabra — y no sólo leerla como un documento antiguo o un libro de texto o algo similar. Ni siquiera la he leído como si fuera sólo un manual para la vida. Viene viva para mí. He oído que Dios me habla a través de ella. Jesús y su vida, sus palabras, sus enseñanzas, me han descrito o explicado lo que Dios es en realidad. Dios es como Jesús. Es una idea extraordinaria, pero también me gustaría sugerir que el sentido de que tiene que haber algo más que sólo nuestra experiencia humana, creo que es profundamente arraigado en la psique humana. Es decir, ir al zoológico, la gente quiere ver lo que hacen los animales. Quieren ver a los osos y los leones y los tigres. En mi país, los tiburones son un gran asunto; los tiburones y las ballenas. La gente quiere encontrarse con ellos; se paran sobre promontorios salen a observar ballenas. La gente quiere estar en un lugar en el cual se les recuerde el hecho de que no son los mejores o lo más importante en el mundo. Es decir, ¿por qué las personas se sienten atraídos a las montañas o a las vistas del océano o a ríos o barrancos embravecidos? Hay un anhelo dentro de la psique humana de ser liberados de la locura y la imaginación de que la experiencia humana es la más alta o la experiencia más grande que puede haber. Y de una manera innata o inconsciente buscando experiencias donde nos sentimos pequeños, las formas de afirmarnos que esa ansiedad que tenemos que la experiencia humana es la máxima experiencia. No estoy diciendo que eso sea fe religiosa en sí. Estoy diciendo que para mí eso es una noción o una indicación del hecho de que no podemos soportar la idea que somos eso. Que esto es lo mejor que hay, que la experiencia humana es la evolución más alta posible. Tenemos que creer que hay algo más grande; algo más allá, algo más importante para nosotros. Y yo diría que para mí estos son anhelos fundamentales, y son absoluta y totalmente satisfechos —al menos desde mi experiencia. Absolutamente satisfecho en un relación con Dios. El que se revela a sí mismo. ¡Sí! Para ser mayor y más extraordinario para nosotros. Pero también se ha revelado a nosotros en forma humana en la persona de Jesús.