Todas las religiones son básicamente lo mismo, ¿correcto? ¿Cómo puede ser el cristianismo diferente de alguna manera?
No importa cómo se establezca cada religión, el resultado final es casi siempre el mismo: hay un poder superior o una fuerza superior de algún tipo; la vida humana es valiosa; la paz es mejor que la violencia; algo pasa después de que morimos; etcétera. Puede haber contradicciones en los detalles, pero la mayoría de las religiones mantienen estas mismas verdades generales.
Muchas religiones del mundo tienen una historia de la creación, una historia del diluvio universal, una historia sobre gente rescatada y otras historias similares. También hay usualmente algún tipo de personaje principal en cada religión. Aún con las imperfecciones de las personas, cada religión presenta el caso de al menos una persona que “hizo lo correcto”. Esta persona es el modelo a seguir; los demás están supuestos a esforzarse por ser como él/ella. En efecto, cada religión mundial importante es similar respecto del hecho de que se declara a sí misma única de cierta manera.
Entonces, ¿cómo es el Cristianismo realmente diferente a otras religiones?
Pues bien, las pretensiones radicales del Cristianismo realmente no lo distinguen. Debido a estas alegaciones singulares, se puede suponer el Cristianismo como algo ridículamente increíble o algo para ser seriamente considerado.
Como dijo C.S. Lewis, el famoso ateo convertido en Cristiano: “El Cristianismo es una declaración que, si es falsa, no tiene importancia, y si es verdadera, es de importancia infinita. Lo único que si no puede ser es moderadamente importante”.1
Las Afirmaciones del Líder
La diferencia principal entre el Cristianismo y todas las demás religiones se fundamenta en las diferencias entre Jesucristo y otros líderes religiosos.
Casi nadie niega que Jesús de Nazaret fue una persona real quien vivió hace dos mil años, así que el asunto no se trata de la existencia de Jesús. Debemos investigar lo que Jesús declaró, pues sus declaraciones son los que han desatado debates acerca de Él.
A diferencia de otros líderes espirituales, Jesucristo declaró abiertamente que Él era uno con Dios, conforme a los primeros escritores cristianos.2 Conocerlo a Él, dijo Jesús, es conocer a Dios, el Padre.3 Jesús iba por la vida perdonando los pecados4—algo que sólo Dios podía hacer—realizando milagros5 y sanando a los enfermos.6
Debido a estas y otras razones, los primeros seguidores de Jesús comenzaron a pensar en Él como más que un ser humano. Empezaron a creer esta afirmación de divinidad y estos seguidores de Jesús empezaron a declarar que Él sí era Dios hecho hombre.7
Los de otras religiones (o de ninguna religión) pueden aceptar que Jesús fue un buen hombre, un profeta sabio y hasta que murió en las manos de sus enemigos. Sólo los cristianos, sin embargo, creen que Jesús no sólo fue bueno y sabio, sino que también fue completamente humano y completamente divino. Estas creencias se afianzaron con los informes de su resurrección. Por tanto, los Cristianos de hoy están convencidos de que la vida de Jesús y sus declaraciones tienen implicaciones cósmicas.
Implicaciones para el Presente y el Futuro
Los Cristianos dicen que la más profunda de estas implicaciones descansa en el asunto de la salvación. La salvación, como la explican muchas religiones universales, es un tipo de liberación de las adversidades físicas y espirituales del mundo, así como un rescate del sufrimiento o el castigo de la vida después de la muerte.
Los Budistas tienen la creencia de que para poder alcanzar el estado del Nirvana, un estado de éxtasis trascendental, las personas deben caminar por el Noble Sendero Óctuple. Este proceso de esfuerzo personal y disciplina apartará a las personas del sufrimiento. Los Hinduistas creen que, para alcanzar el Moksha—la liberación de este mundo y el ciclo de muerte y reencarnación—uno debe practicar el autosacrificio, la meditación y algunos niveles de autorrealización. Los Musulmanes creen que Alá da paso al Paraíso a los que viven una vida de rectitud moral, usando los Cinco Pilares como reglas principales.8
Esta es otra área en la que los Cristianos difieren de la norma. En escencia, otras religiones declaran: “Tienes que hacer estas cosas y vivir de este modo para poder alcanzar la salvación”, pero el Cristianismo dice: “Lo que tiene que pasar para que conozcas a Dios y recibir la salvación ya lo hizo Jesucristo por ti”.
En su centro, el Cristianismo es la noticia gozosa de que Jesús vivió y murió para abrir el camino a Dios para cada uno de nosotros. Actuando de esta manera, Jesús nos salvó de la consecuencia de nuestros pecados—estar aislados de Dios eternamente—y, en vez, comenzó a ofrecernos el perdón y la vida eterna dentro de una relación con Dios.
El cristianismo propone que Jesús ha hecho todo lo que hay que hacer para que la gente tenga el tipo de relación con Dios que conduce a la paz en el presente y a la esperanza para el futuro.9 Para muchas personas, esto parece demasiado bueno para ser real.
Haciendo el Bien
Muchos ateos, agnósticos, deístas y seguidores fervientes de otras religiones son muy buenas personas. Viven vidas rectas y hacen cosas buenas. Son personas honorables y sus importantes contribuciones a la humanidad no distinguen religiones ni fronteras.
Sin embargo, si vamos a ser honestos con nosotros mismos, a veces hacemos cosas de las que nos arrepentimos; todos sufrimos del egoísmo egocéntrico; todos fallamos. ¿Y qué tal si esta mentalidad de “el bien pesa más que el mal” no es suficiente?
Conforme al Cristianismo, Dios nos quitó la presión de encima enviándonos a Jesús para que viviera una vida perfecta para nuestro beneficio. En la concepción Cristiana, la salvación es un regalo: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”10
Para los Cristianos, Jesús es más que un maestro o un modelo a seguir. Él es el medio por el cual las personas pueden lograr la libertad de sus cargas y traumas emocionales y hacer cambios importantes en sus vidas y en las vidas de los que aman. Los cristianos creen que, como la salvación ya está disponible para los que tienen fe, ese gozo intenso debido a esa realización y ese agradecimiento de tener una relación personal con Dios, inducen a las buenas obras y a vivir una vida recta, según se explica en la Biblia.
El Cristiano obra de esta manera a partir de una postura de gratitud, fe y humildad, no como una carga ni un deber. En cierto sentido, es la forma más pura de motivación, porque las obras no se hacen para obtener beneficio propio. Ya se ha obtenido la recompensa.
El Evangelio
Las declaraciones personales de Jesús y las implicaciones promovidas respecto de su vida, muerte y resurrección contrastan claramente con otras religiones. Esto es lo que, a lo largo de las épocas, han llamado el evangelio, que significa, literalmente, “buenas nuevas”. El evangelio de Jesús es la buena nueva de que ya todo está hecho para ti. No hay otra religión que haga esa promesa evangélica tan abiertamente.
¿Increíble? Sí. ¿Escandaloso? Sí. ¿Difícil de creer? Definitivamente puede serlo, pero, de ser verdad, es también profundamente importante. Vale la pena seguir explorando.