Idea Central: La Biblia presenta solo dos destinos para los seres humanos después de la muerte, determinados por nuestra respuesta al evangelio de la gracia de Dios.
Mensaje para hoy:
En algún momento de nuestras vidas, la mayoría de nosotros hemos asistido a un funeral de un ser querido. Este puede ser un momento de profundo dolor y pérdida, así como un tiempo de reflexión seria y conciencia. La muerte de alguien cercano nos confronta con nuestra propia mortalidad. Sabemos que llegará un día en que cada uno de nosotros enfrentará la inevitabilidad de la muerte. Naturalmente, nos preguntamos qué sucede después.
Según la Biblia, solo hay dos destinos finales para nosotros: disfrutar la eternidad en la presencia de Dios en el cielo y la tierra renovada, o sufrir el castigo eterno y la separación de Dios (ver Juan 5:28–29). Es sobrecogedor pensar que nuestras vidas terrenales pueden llevar a resultados tan radicalmente diferentes.
Pero si lo que la Biblia dice es verdad, deberíamos reflexionar sobre cómo estamos viviendo la vida que se nos ha dado. Nuestro destino eterno depende en última instancia de cómo respondemos al regalo de salvación de Dios. No es un regalo que hemos ganado, pero está a nuestro alcance si tan solo creemos.
Considera esto:
Si nuestro destino eterno está en juego, ¿podemos permitirnos ignorar las afirmaciones de la Biblia sin investigarlas?
¿Qué esperanza podemos encontrar en las promesas que ofrece la Biblia?
Toma acción:
Aunque pensar en la propia mortalidad puede parecer sombrío, tómate un momento para reflexionar sobre ello. Decide si estás preparado para enfrentar la muerte. Luego, identifica qué necesitas hacer, saber o creer para encontrar paz en esta área.
¿QUIERES CONOCER A DIOS PERSONALMENTE?
Dios nos ama y tiene planes increíbles para nuestras vidas, pero ¿cómo llegamos allí?
Los siguientes pasos trazan un camino claro que Dios preparó para que encontremos una relación con Él.